La primera legislación sobre el etiquetado energético data del año 1994 (Directiva Marco traspuesta según Real Decreto 124/1994, de 28 de Enero, así como Directivas particulares para aparatos de refrigeración, lavadoras, secadoras, lava-secadoras, lavavajillas y hornos). En 2010 se publicó una nueva Directiva Marco, 2010/30/UE, que se transpuso como Real Decreto 1390/2011. Finalmente, en Julio de 2017 se publicó el Reglamento Marco actualmente en vigor, 2017/1369, de aplicación directa sin transposición, el cual sustituye a los anteriores.
A lo largo de los años, y complementando a cada Directiva Marco, se han publicado Reglamentos particulares de producto para aparatos de refrigeración, lavadoras, lava-secadoras, lavavajillas, secadoras, campanas, hornos, calentadores de agua y aparatos de aire acondicionado..
La legislación obliga a los distribuidores de electrodomésticos a etiquetar todo producto expuesto en los lineales, mediante etiquetas energéticas que los fabricantes deben entregar a dichos distribuidores. El objetivo del sistema de etiquetado energético es ofrecer la opción al usuario para que pueda comparar productos de las mismas características y de diferentes marcas, en lo referente a los consumos de energía y otros parámetros relacionados, favoreciendo así la utilización de los aspectos medio ambientales en la decisión de compra de electrodomésticos. Para ello las etiquetas disponen de unas clasificaciones energéticas que abarcan desde la “A” – producto de menor consumo de energía – hasta la “G” – producto de mayor consumo – (o desde la “A+++” hasta la “D” si se trata de hornos, campanas, secadoras, calentadores de agua y aparatos de aire acondicionado) , acompañadas de datos adicionales de relevancia y clasificaciones desde el punto de vista de la aptitud para la función de dicho producto (eficacia de aclarado, centrifugado, etc.).
En esta página se pueden descargar e imprimir los formatos oficiales en pdf de las etiquetas energéticas para cada tipo de producto.
